La Araucanía y la urgencia de la Idoneidad Política: Reflexiones sobre los candidatos al parlamento
Opinión de Alejandro Boehm analista político

La Araucanía, una región que enfrenta desafíos históricos y coyunturales de gran complejidad, merece una representación parlamentaria a la altura de sus necesidades. Sin embargo, cada ciclo electoral nos expone a una proliferación de candidaturas a diputado y senador, muchas de las cuales levantan serias dudas sobre la idoneidad, la transparencia y las competencias necesarias para legislar y fiscalizar con rigor.
El debate no puede centrarse únicamente en la popularidad o la ideología. Es fundamental cuestionar el criterio con el que se accede a los cupos en el Congreso, especialmente cuando el Estado garantiza el financiamiento de campañas pagando por voto. Este mecanismo, diseñado para fomentar la participación, inadvertidamente subsidia la carrera política profesional, incluso para aquellos que demuestran una persistente falta de éxito o de preparación.
Criterios Mínimos para la Alta Legislación
Un parlamentario ejerce una función que es a la vez técnica y política. Requiere un profundo sentido de la justicia y la dignidad, no solo personal, sino también hacia la ciudadanía que representa.
1. Habilidades y Currículo: Observamos candidatos que saltan directamente al Senado —la cámara alta, de deliberación y de mayor experiencia— sin haber cumplido una etapa formativa previa como diputado. ¿Cuál es el sustento de esta osadía, si no el interés de maximizar el poder o la visibilidad? El Senado, por su rol, debería ser el pináculo de una carrera política probada, no un punto de partida para neófitos.
2. La Experiencia como un Valor Invertido: Es igual de desconcertante ver a senadores postularse a diputados. Si bien la ley lo permite, esta «pirueta» legislativa a menudo se interpreta como un intento de eludir la limitación de reelección impuesta a nivel nacional, dañando el espíritu de la norma que busca la renovación y evitar el atrincheramiento en el poder. La ciudadanía tiene derecho a percibir este tipo de movimientos como una falta de respeto al sentido común legislativo.
3. Formación Académica: Un Mínimo Indispensable: El actual marco legal permite que personas con solo enseñanza media accedan al Parlamento. Si bien el espíritu democrático valora todas las experiencias, legislar sobre la Constitución, el derecho público y las finanzas del país exige un nivel de conocimiento técnico y profesionalismo que la sola voluntad no puede sustituir.
¿No debería legislarse para que los candidatos a diputado posean al menos un título profesional y que su currículum refleje una comprensión de las materias legales o constitucionales? Un Congreso que toma decisiones que afectan la vida de millones no puede ser un espacio de aprendizaje amateur.
La Tentación del «Candidato a Todo»
Preocupa la figura del «candidato permanente»: personas que fracasan repetidamente en elecciones anteriores, pero que vuelven a postularse a cualquier cargo disponible —ya sea concejal, alcalde, diputado o senador— sin evidenciar una reflexión profunda sobre sus errores o una clara vocación por el cargo específico.
Esta conducta sugiere una búsqueda constante de la renta política antes que una vocación de servicio, aprovechando el sistema de financiamiento estatal para perpetuar una ineficaz carrera política subsidiada. La idoneidad se diluye cuando el objetivo es simplemente «estar en la papeleta» y no representar con excelencia.
El Rol del Elector
Se dice que «la gente se merece a sus gobernantes». Si bien esta máxima filosófica es dura, contiene una verdad ineludible: la calidad de la representación es un reflejo directo del discernimiento de quienes votan.
Como electores en La Araucanía, tenemos la obligación moral de ir más allá de la simpatía y el discurso vacío. Debemos exigir:
- Transparencia total de sus vínculos e intereses.
- Currículum que avale su capacidad para comprender los complejos desafíos de la región.
- Trayectoria que demuestre compromiso real y no solo ambición personal.
La dignidad del cargo parlamentario exige que los aspirantes demuestren competencias, ética y un respeto genuino por el proceso legislativo. La Araucanía no puede permitirse seguir invirtiendo sus votos y sus recursos en la improvisación o la perpetuación de la mediocridad política. Es hora de elevar el estándar.