Dentro de la red social Facebook, podemos encontrar información de nuestros contactos, actualidad y mucho más. Además de una gran cantidad de grupos, que se crean para diferentes fines, podemos también hallar, espacios de desahogo y contención. Es por eso, que quisimos preparar esta nota, entendiendo que son muchas las personas que usan esta red social, para seguir grupos que permiten comprar, vender, generar acción social y también, están los que últimamente se han vuelto más comunes, los grupos para “Funar” o hacer denuncias sobre diferentes temas. Pero hay uno en especial, que tras un seguimiento que hemos realizado, nos causa curiosidad, sobre el contenido que ahí se muestra.
Se trata de un grupo de Registro de Violadores y Abusadores Sexuales de Chile, en donde las victimas hacen sus descargos y en su mayoría cuentan sus trágicas historias, acusando al agresor. Lo que ocasiona contención por una parte, apoyo y muchas palabras de fortaleza, para las víctimas que se atreven a contar sus historias y un gran repudio a los agresores, que son evidenciados para que todo miembro del grupo los pueda identificar.
Ahora que la globalización y el acceso a la información es más fácil, la creación de estos grupos en donde el tema es denunciar a los abusadores, y hacer público sus nombres y datos personales, se ha vuelto algo habitual. Ademas de que contando la historia, muchas víctimas se liberan y entienden que la culpa; como dice la consigna de la canción, “no era mía, ni dónde estaba, ni como vestía” Ahora es posible decir quién fue el violador y acusarlo públicamente.
Si bien esto es muy delicado, porque puede usarse para dañar la honra y levantar calumnias a personas que quizás no hicieron nada, solo queda en el criterio de quienes cuentan su testimonio y quienes leen y comentan, creer si el relato es verdadero o no.
Para el abogado penalista Javier Jara Muller, “Estas páginas web que son creadas por agrupaciones que pueden promover intereses legítimos de protección ante atentados sexuales de distinta índole, caen muchas veces en una flagrante infracción a derechos fundamentales como la honra, la vida privada e incluso la integridad física y síquica del denunciado, pudiendo incurrir en responsabilidad constitucional, penal o civil, al singularizar las imputaciones a una persona determinada.” Agrega también el profesional que las «funas» no son el mecanismo ideal ya que: “Nuestro ordenamiento jurídico no permite lo que coloquialmente se conoce como “funa”, porque la investigación, determinación y sanción de estas conductas está a cargo de la fiscalía y de los tribunales de justicia, existiendo jurisprudencia de la Corte Suprema al respecto”.
Al leer cada publicación que aparece en esa página, entendemos el dolor y a su vez, la valentía que tiene muchas de la victimas, para develar ante todos, lo que les sucedió, sin importar el que dirán… “Si hoy se abren más estos temas, es porque somos parte del necesario y emergente cambio de paradigma a nivel latinoamericano y del mundo, respecto de un modelo patriarcal, que a todas y a todos nos ha violentado”, Nos señala Karina Vidal, psicóloga y terapeuta, quien explica el motivo que tienen muchas víctimas, ya adultas, para soltar ese secreto que han guardado hasta ahora “Luego de años de silencio, el dolor de abusos sexuales, que dejó llagas en nuestra memoria celular, solo quiere salir para sanar” Nos explica también la profesional, quien apoya a todo tipo de victimas, mediante innovadoras terapias de sanación, que “En este sentido el feminismo como movimiento político, cultural e histórico, es el que de alguna u otra forma nos ha entregado luces y argumentos para que esto sea expresado y no más callado; así sea en terapia, en las calles, en el trabajo o incluso en las redes sociales”.
Cabe mencionar que son muchas las denuncias que se hacen y en su gran mayoría, es sobre situaciones vividas en la niñez, donde por miedo, amenazas o simplemente, por no tener la madurez suficiente, las victimas no pudieron acusar y hoy también piden justicia, aunque sea por medio de una denuncia pública, a lo que el Abogado Penalista recomienda: “En caso de que una persona sea víctima de un delito sexual puede denunciar esta conducta ante la fiscalía, siendo obligación del ente persecutor acogerlas e investigarlas, no importando el tiempo en que se hayan ejecutado, pues pueden existir encubrimientos permanentes que eventualmente podrían ser sancionados».
También el jurista nos señala sobre la prescripción de estos delitos “Se debe tener en cuenta que actualmente la prescripción de estos ilícitos en Chile empieza a correr desde que la víctima cumpla los 18 años, lo que amplía bastante el rango de acción de la justicia penal en nuestro país”
Lo que invita a las víctimas a que puedan denunciar y será entonces la justicia, la que actué como garante y sean ellos, los que decidan si les creen o no, más de lo que pueden decir los comentarios de los miembros del grupo.