De los 8 bits a la IA: La evolución histórica del videojuego en Chile
Ha sido una larga evolución, marcada por los recursos tecnológicos disponibles en cada etapa.

En la actualidad, se calcula que, aproximadamente, un 50% de la población nacional juega a videojuegos. Sin duda, se trata de uno de los pilares del ocio digital y, también, uno de los sectores más potentes de la economía (con un valor de mercado en Chile que rondaría los 500 millones de dólares). Claro que este crecimiento no ha llegado de la noche a la mañana.
Recordemos que hay que remontarse a principios de los años 60 para encontrar el primer videojuego que podemos reconocer como tal, el “Spacewar!”. Como muchos sabrán, se trataba de un producto más destinado al ámbito académico y, en general, bastante alejado de los consumidores domésticos.
De hecho, para encontrar las primeras consolas, hay que remontarse a la década de los 70. Su penetración en el mercado chileno fue lenta y tardaría años en convertirse en algo familiar para los aficionados nacionales. Concretamente, fue a principios de los 80 cuando los modelos de 8 bits tuvieron una gran repercusión en el público de Chile. Ese momento coincide, además, con la creación del primer videojuego en territorio nacional: “Profesor Delta”.
Los 8 bits de aquellos modelos pioneros de consola japonesa pueden parecer, desde la óptica de hoy en día, muy rudimentarios. Sin embargo, requerían de una excepcional creatividad para aprovechar los escasos recursos técnicos de la época; además, procuraron grandes ratos de entretenimiento a los chilenos.
Por otra parte, la competencia entre compañías niponas hizo evolucionar enormemente los productos; por ejemplo, al pasar de los primitivos cartuchos a otros formatos más modernos y de mayor capacidad. Algo imprescindible para una industria que demandaba poder incluir más datos en cada título, dadas las mejoras en los recursos de programación y los videojuegos más completos y de mayor calidad gráfica.
Estas consolas de tercera generación coexistían, en aquellos años, con las populares máquinas de arcade físicas, cuyo funcionamiento se basaba en “fichas”, que se debían solicitar a los dueños de los establecimientos, habituales en grandes ciudades, como Santiago. Estas arcade tuvieron un peso específico considerable en la fama de algunos personajes de videojuegos que, en los años 90, iban a ganar cada vez más protagonismo; especialmente, en las novedosas consolas portátiles del inicio de la década.
A nivel mundial, el año 94 representó una importante revolución en este mercado, con la entrada en escena del producto estrella de Sony y sus innovadores CD’s. Velozmente, pasó a ser la consola de referencia. En Chile, en muchos casos, se distribuía “desbloqueada”, por lo que los juegos no oficiales tuvieron un éxito considerable. La segunda mitad de esta década estuvo marcada por este aparato y sus posteriores ediciones.
La llegada del nuevo milenio aportaría un entorno nuevo para los videojuegos. Nos referimos, como muchos supondrán, a internet. Eso sí, aquella primera banda ancha no permitía títulos excesivamente complejos en el apartado gráfico. Los primeros contactos se centraron en algún juego de cartas en línea mítico, de los que hoy también se pueden encontrar, aunque mucho más evolucionados en el aspecto técnico. Pero, la conexión de algunas consolas a la red iba a acelerar el fenómeno de los videojuegos a través de internet.
Paralelamente, Chile empezó a convertirse en un país con un interesante potencial como proveedor de videojuegos. En 2006 llegó “Assault Heroes”. Y en 2009 se produjo una importante eclosión de los productos lanzados por la desarrolladora chilena ACE Team. A su vez, mediante una mayor accesibilidad a los títulos, el mercado nacional estaba aumentando el consumo de estos productos.
Un fenómeno que aún ha crecido con mayor ímpetu en los últimos 15 años, a raíz del éxito y la popularidad de los equipos nacionales en el ámbito de los esports, con exponentes como Rebirth Esports, uno de los pioneros, Wild Esports, All Knights y tantos otros, que están dejando su impronta en las competencias internacionales. Por otra parte, también se están organizando destacados eventos del mundo Gamer en territorio chileno, que agrandan la repercusión de este ecosistema.
Con los nuevos recursos tecnológicos (la IA está a la cabeza), no sólo se consiguen, en la actualidad, títulos innovadores y de alto nivel, que pueden disfrutar los aficionados, sino, que se potencian una serie de herramientas que facilitan la participación de las desarrolladoras chilenas en el mercado global. Por supuesto, este escenario requiere de una inversión en formación e infraestructuras; pero no deja de ser una excepcional oportunidad de crecimiento económico y empresarial para el país.