Deportes Temuco no encuentra identidad de juego y suma una nueva derrota
Mario Salas tiene un buen plantel y solo depende de un cambio de actitud y un buen esquema de juego

Deportes Temuco vuelve a tropezar y lo preocupante no es solo la derrota, sino la forma en que se pierde. El equipo no logra consolidar una identidad de juego y, peor aún, da la sensación de que los jugadores no entienden lo que Mario Salas quiere plasmar en la cancha. La falta de actitud en algunos momentos del partido frente a San Luis, sumado a la confusión táctica, agrava una situación que ya venía cuesta arriba.
En esta séptima fecha del ascenso, Temuco pudo haber rescatado puntos de local, pero cayó nuevamente de forma deslucida. El único que parece no haberse rendido es Yerko Urra, arquero y capitán, que partido a partido empuja al equipo, habla, grita, juega con el pie, sube a cabecear en los descuentos… literalmente hace todo. Es alarmante que el arquero sea el jugador más comprometido mientras el resto parece desorientado dentro del campo.
Salas ha intentado fórmulas para encontrar ese equilibrio que nunca llega. En Valparaíso ante Wanderers optó por una línea de cinco defensores en el primer tiempo, que terminó desarmando porque el equipo no reaccionaba. Ayer, de local, volvió a la línea de cuatro, pero sin solución. Los volantes de corte no bajan a buscar la pelota, no hay salida limpia, y los laterales no sienten confianza para proyectarse porque saben que no serán bien cubiertos.
El problema no es necesariamente de nombres, sino de funciones. Hay jugadores que, incluso con poco tiempo en cancha, muestran más ganas y despliegue que otros. Ahí está el caso de Orrego, al ingresar en el minuto 80 dejó una muy buena impresión. Su energía y movilidad lo convierten en un complemento ideal para un Buonanotte que todavía necesita socios para brillar.
Desde esta tribuna, proponemos una estructura táctica más clara, que potencie lo que sí tiene este plantel. Una línea de tres centrales, dos extremos con recorrido por las bandas, tres volantes en el medio —dos mixtos y uno libre—, y dos delanteros que no queden tan aislados como ha pasado últimamente. Un 1-3-5-2 que se alinea mejor con las capacidades del equipo.
¿Y si le armamos el equipo a Mario Salas? Con los mismos jugadores utilizados por el estratega, iríamos con Yerko Urra al arco; una defensa con Federico Pereira, Vicente Lavín y Gonzalo Villegas; extremos con Damián González por izquierda y Stefano Magnasco por derecha; en el medio, Julio Velásquez y Camilo Núñez de mixtos, con Diego Buonanotte más libre; y en ataque, Luis Acevedo junto a Roberto Riveros. Un once con balance, recorrido y más opciones para jugar por abajo o buscar profundidad por las bandas.
Mario Salas tiene experiencia y un plantel con herramientas. Pero si no se sacude pronto del libreto rígido, si no adapta su idea a lo que el equipo realmente puede dar, Temuco seguirá estancado. Y ya no habrá excusas, solo responsabilidad.