¿Está Chile listo para liderar la industria de vehículos eléctricos?
Columna de Opinión: Por Isaac Aqueveque, Publicista
El reciente lanzamiento del primer bus a hidrógeno hecho en Chile ha despertado una discusión crucial sobre el futuro de nuestra industria automotriz: ¿Podría Chile convertirse en un país industrializado en la fabricación de vehículos eléctricos? La respuesta no solo depende de nuestras capacidades actuales, sino también de una visión estratégica a largo plazo.
Sabemos que Chile posee una de las mayores reservas de litio del mundo, un recurso clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. Sin embargo, poseer los recursos no es suficiente; necesitamos dar el salto hacia la industrialización y aprovechar nuestras ventajas competitivas. La idea de fabricar vehículos eléctricos en nuestro territorio suena ambiciosa, pero no imposible.
¿Qué necesitamos para lograrlo?
- Transición tecnológica: Si bien el hidrógeno es una tecnología limpia y prometedora, el camino más viable hoy pasa por las baterías de litio y la electromovilidad. Esto implica no solo la fabricación de vehículos, sino también el desarrollo de una red de servicentros eléctricos que permita cargas rápidas y eficientes, facilitando la adopción masiva de esta tecnología.
- Inversión y políticas públicas: El Estado y el sector privado deben trabajar en conjunto para fomentar la innovación y atraer inversiones que permitan desarrollar fábricas, plantas ensambladoras y centros de investigación. Países como China o Alemania han demostrado que la inversión en infraestructura y tecnología es fundamental para liderar el mercado global.
- Desafío de la independencia tecnológica: Hoy dependemos de las importaciones automotrices y, sin una estrategia clara, podríamos seguir en ese camino. La clave está en generar un ecosistema industrial, donde no solo fabriquemos vehículos, sino que también exportemos tecnología y soluciones de movilidad sostenible al mundo.
¿Está Chile preparado?
La pregunta no es si Chile puede, sino si Chile quiere. Tenemos el litio, el talento humano y los primeros pasos dados con iniciativas como el bus a hidrógeno. Pero necesitamos visión, decisión y compromiso para convertirnos en un actor relevante en la electromovilidad.
No basta con ser un país exportador de recursos naturales. El verdadero desafío es convertirnos en exportadores de tecnología, agregando valor a nuestras materias primas y compitiendo con potencias mundiales. Si damos el salto, podríamos dejar de ser simples proveedores para transformarnos en líderes de la revolución eléctrica global.