Niños dejan su huella en la construcción del TROI Temuco en una emotiva jornada de esperanza
En un acto cargado de simbolismo y unión, niñas y niños diagnosticados con cáncer protagonizaron una jornada única de vinculación con el Centro de Tratamiento Oncológico Infantil (TROI) Temuco, una obra que transformará el acceso al tratamiento pediátrico en la Región de La Araucanía. Acompañados por sus familias y bajo la guía de diversas autoridades y organizaciones, los pequeños dejaron su huella en los cimientos del futuro espacio dedicado a brindar cuidado, consuelo y una nueva oportunidad de vida.
La actividad, organizada en conjunto por el Servicio de Salud Araucanía Sur, el Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, la Fundación Vivir Más Feliz y la Corporación Conile, comenzó en la sede de esta institución, donde se compartieron momentos recreativos y se presentó un video con las características del proyecto. Cada niña y niño pintó una piedra con colores y mensajes llenos de esperanza, representando sus sueños y resiliencia. Estas piedras fueron entregadas con emoción a los trabajadores de la obra, quienes se comprometieron a integrarlas en los cimientos del edificio como un gesto simbólico de unión y esperanza.
Vladimir Yáñez Méndez, director del Servicio de Salud Araucanía Sur, destacó los avances del proyecto y el impacto de la actividad. “El avance de la obra nos plantea el desafío de tener todo el equipamiento listo para que el centro esté operativo el próximo año. Sin embargo, no solo se trata del avance técnico. Hoy hemos vivido una jornada muy simbólica, en la que los niños han dejado un regalo especial: piedras pintadas con sus sueños, que los maestros incorporarán en los cimientos del edificio. Este gesto refleja la esencia de este proyecto, que no solo busca construir un espacio físico, sino materializar un lugar lleno de significado para las familias de la región.”
Por su parte, Vicente Arévalo Gajardo, director (s) del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, valoró el trabajo coordinado entre las instituciones participantes, destacando la colaboración del Gobierno Regional de La Araucanía, el Servicio de Salud, la Fundación Vivir Más Feliz y otras entidades, lo que ha permitido resolver con eficacia los desafíos propios de una obra de esta magnitud. Además, señaló: “Hoy estamos visitando la obra del TROI y estamos muy contentos porque ya llevamos un tremendo avance, cerca del 30%, lo cual se está ajustando a la fecha. Esperamos contar con este centro a mediados del primer semestre del próximo año.”
Arie Rezepka, fundador y presidente de la Fundación Vivir Más Feliz, comentó: “Haber compartido con los niños y las mamás, que son lo más importante, es algo que trasciende. Cada piedra pintada lleva un mensaje único. Ver a los niños entregarlas a los trabajadores, para que sean parte de los cimientos, es un símbolo de amor, agradecimiento y esperanza.”
Desde la perspectiva de las familias, Carmen Gloria Muñoz, mamá de Héctor de 6 años, destacó que la construcción del TROI “es muy importante porque esta enfermedad es muy dolorosa. Es hermoso que haya un lugar creado para ellos, con comodidades y todo lo que necesitan. Que esté aquí, en Temuco, es un alivio, porque muchas veces estos lugares están lejos. Este centro también piensa en los papás, porque esta enfermedad afecta a toda la familia. Saber que habrá un espacio así nos da esperanza.”
El TROI Araucanía en Temuco será un centro de tratamiento ambulatorio integral para niñas y niños con cáncer que viven en la Araucanía. Con una superficie de 650 m², será único en la región y el segundo de este tipo a nivel nacional después del TROI del Hospital Calvo Mackenna en Santiago. Se estima que atenderá al 10% de los niños con cáncer que actualmente se tratan en el sistema público de salud en Chile, beneficiando a más de 350 pacientes cada año, incluyendo más de 40 nuevos casos anuales.
Cada piedra pintada quedará como un recordatorio de las niñas, niños y familias que son el corazón del proyecto, y este espacio representará no solo un avance en infraestructura, sino también un símbolo de cuidado y esperanza para la Región de La Araucanía y el país.