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Establecimientos Santa Cruz entregan una educación personalizada

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En las aulas de los siete colegios Santa Cruz del país se forman personas singulares, autónomas, con apertura y trascendencia; mismos principios que declara su proyecto educativo, y que permite que niños, niñas y jóvenes sean valorados, respetados, reconocidos como únicos e irrepetibles.

La educación centrada en la persona está sustentada en el pensamiento del Sacerdote Jesuita Pierre Faure. Se trata de un modelo que permite al estudiante ser constructor del conocimiento haciéndose responsable de su propio aprendizaje, lo que le proporcionará herramientas para la vida y para promover cambios que contribuyan a transformar la sociedad con valores cristianos, fundamentales para fomentar una sana convivencia, un clima de confianza y seguridad.

A través de este proyecto, los niños son capaces de resolver situaciones y proponer alternativas, convirtiéndose en personas resueltas, autónomas, seguras de sí mismas, que reconocen sus habilidades y talentos, y sobre todo conscientes que pueden aprender, en base a la oportunidad de corregir sus aprendizajes.

Son autodisciplinados, con capacidad de trabajar y aprender, tanto de manera individual o en grupos mixtos, según lo deseen, ya que valoran la diversidad y entre ellos se cuidan, dialogan, comparten y se respetan. Así, dentro de esta diversidad se logra la autonomía, pero respetando la singularidad, el ritmo de aprendizaje y el desarrollo personal. En esta línea, no hay comparaciones, ni competencia, sino que cada uno se preocupa de su propio avance, en un ambiente educativo ordenado, adaptado a las necesidades de los estudiantes.

Los educadores, por su parte, destacan por generar confianza en sus alumnos y conocer sus intereses, comportamientos, formas de relacionarse, adaptabilidad, capacidades, dificultades, entre otros. Son profesionales que acompañan y orientan al niño, por tanto, están al servicio, como un apoyo y guía, para que el estudiante sea gestor de su propio aprendizaje y logre desarrollarse al máximo.

La metodología utilizada en este proyecto está dirigida desde preescolares y hasta jóvenes de cuarto medio, quienes pueden elegir qué asignatura o actividad trabajar. Particularmente, preescolares a estudiantes de cuarto básico, en la sala interactúan en un óvalo o línea ovalada demarcada en el suelo; un espacio donde ellos pueden desplazarse y trabajar material concreto. En ese lugar también desarrollan el momento de puesta en común, donde analizan y comparten lo que aprendieron.

En tanto, los estudiantes mayores, a diferencia de material concreto, trabajan con guías, investigaciones personales y grupales, y actividades dentro y fuera del aula guiadas por el profesor, que les permiten un desarrollo integral, según sus necesidades. Por supuesto, sus aprendizajes están basados en valores, que les permiten una proyección, hacia los desafíos de la sociedad.

Cabe destacar que, la evaluación de los aprendizajes es distinta para cada uno y está principalmente referida al avance personal, de acuerdo a su singularidad y ritmo de aprendizaje. Sin embargo, también están capacitados para ser evaluados de forma colectiva.

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