Si disfrutas ver series de Netflix ‘The End of the F***ing World’ te espera…
Netflix subió en noviembre la segunda temporada de la serie británica, que vuelve igual de dolorosa pero algo más azucarada

La serie sigue a James, que es un chico que se define a sí mismo como psicópata, conoce a Alyssa, una chica que en palabras de ella: «odia a todo el mundo». Tanto James como Alyssa van al mismo instituto y tienen una vida aparentemente infeliz. Alyssa conoce a James tras discutir con sus amigas ya que una de ellas le habla por el teléfono móvil estando sentada frente a ella y comiendo juntas; esto molestó mucho a Alyssa por lo que rompe su teléfono y se marcha, en ese momento se para frente a James, ya que se había fijado en él antes, y decide hablarle.
Él (Alex Lawther) estaba bastante seguro de que era un psicópata, pero la joven (una Jessica Barden resquebrajándose con estilo bajo el peso del hogar insoportable) se deshizo de su capricho homicida ahogándolo en unos sentimientos que le eran desconocidos. Y el dolor de estas dos personas, que se reencuentran para un segundo baile, es el del conformismo, pero también el de la duda. La urticaria de sable que la vida podría ser mejor de lo que es, pero sobre todo el comezón de sable si debajo del fondo que no habrá otro, más maloliente y más solitario.
Las dos temporadas con sus 16 capítulos son bastante digeribles, debido a que no superan los 20 minutos, esto bajo la dirección de Jonathan Entwistle y Charlie Covell como guionista, la serie deja atrás la adaptación del cómic de Charles Forsman, y fluyen en una historia melodramática y sarcástica con fuertes rasgos de la comedia inglesa. Un crédito sin duda a los protagonistas que logran contrastar una idea genuina de como se sienten algunos jóvenes que se ven obligados a madurar aunque no lo hagan nunca, porque sencillamente no les da la gana.