CARTA AL DIRECTOR
Son demasiados los aspectos en los que podemos destacar la vida y obra del presidente Sebastián Piñera.
Un genuino demócrata con excepcionales capacidades que le permitieron salvar muchas vidas y conducir los momentos más difíciles de Chile en los últimos 30 años.
Quién sabe qué sería de nuestra democracia si no hubiese sido él quien gobernaba durante el estallido social, o cuántos miles de chilenos se salvaron de morir por su conducción de la pandemia.
El Presidente Piñera se entregaba en cuerpo y alma a gobernar y esperaba lo mismo de sus colaboradores. La función pública para él no era solo una ocupación más; no había espacio para el trabajo mal hecho y siempre buscó lo mejor para Chile.
A pesar de todo, nunca guardó rencor en contra de nadie, muy por el contrario, buscaba el diálogo sin importar cuántas veces se lo negaran.
Espero que hoy, a su muerte, se reconozca en justicia ese legado y se recupere en aquellos que nos gobiernen o quieran ingresar el servicio público ese llamado a hacer bien las cosas.
Eugenio Aguiló
Ex Subsecretario de Gobierno